- Las
interrupciones previstas, que se realizan cuando paralizamos el
sistema para realizar cambios o mejoras en nuestro hardware o
software.
- Las
interrupciones imprevistas, que suceden por acontecimientos
imprevistos (como un apagón, un error del hardware o del software,
problemas de seguridad, un desastre natural, virus, accidentes,
caídas involuntarias del sistema).
Las métricas comúnmente
utilizadas para medir la disponibilidad y fiabilidad de un sistema
son el tiempo medio entre fallos o MTTF (Mean Time
To Failure) que mide el tiempo medio hasta que un dispositivo falla,
y el tiempo medio de recuperación o MTTR (Mean Time
To Recover) que mide el tiempo medio tomado en restablecerse la
situación normal una vez que se ha producido el fallo. El tiempo en
el que un sistema está fuera de servicio se mide a menudo como el
cociente MTTR/MTTF. Lo que se busca es aumentar siempre el segundo y
reducir el primero para minimizar el tiempo de no disponibilidad del
servicio.
Existen distintos
niveles de disponibilidad del sistema, según el tiempo
aproximado de tiempo en inactividad por año se determina el
porcentaje de disponibilidad. Es aquí donde entra la llamada Regla
de los 9, en la que cuantos más nueves tenga el porcentaje mayor
disponibilidad habrá tenido durante ese año. El máximo son
cinco nueves (99,999% - Cinco minutos al año).
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